INFORMES PERICIALES

Es posible sufrir secuelas psíquicas a causa de lesiones cerebrales provocadas por agresiones, accidentes (domésticos, de caza o deportivos, por maquinaria o productos defectuosos, caídas o desprendimientos de objetos en la vía pública), exposición a químicos, negligencia quirúrgica o durante la exposición prolongada o mal uso de la anestesia. En estos casos también es posible pedir indemnizaciones basándose en la ley Responsabilidad Civil de Seguros Privados y los Obligatorios, la Responsabilidad Civil Subsidiaria de las Administraciones Públicas o la vía de Reclamación a Terceros.

El daño cerebral, la enfermedad mental grave y la discapacidad psíquica también puede afectar la capacidad de una persona para tomar una decisión responsable a nivel jurídico-legal y manejarse e forma adecuada a nivel económico, personal o interpersonal. Desde la entrada en vigor de la Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal de las personas con discapacidad, la tramitación de la incapacitación desaparece con carácter retroactivo. En este sentido es importante destacar que se abre la posibilidad de revisión de los expedientes de incapacitación civil para aquellas personas que lo deseen. Desde este nuevo contexto, surge la posibilidad de otorgar a aquellas personas que han sufrido un Daño cerebral Adquirido una inigualable oportunidad para recuperar su capacidad de obrar mermada de forma general por la anterior ley aunque sus condiciones personales a nivel mental, cognitivo y personal les hubiera podido hacer prescindir de una tutoría legal a todos los niveles de su vida cotidiana.

En nuestro centro ofrecemos  los medios de asesoramiento y protocolos de evaluación específicos para instar la puesta en marcha del proceso legal para la revisión del expediente de incapacitación de aquellas personas en las que se puede llegar a demostrar de forma objetiva la existencia de las capacidades necesarias para demostrar un grado de autonomía mayor que el que se le otorgó con anterioridad. La ausencia de una valoración específica ajustada a las capacidades conservadas y los déficits reales, ha llevado a que, en muchos casos, no se hubieran ajustado de una forma realista las posibilidades reales de la capacidad adaptativa y a que no se respetaran de forma subsecuente la dignidad, preferencias y deseos de la persona implicada.

Determinadas situaciones vitales traumáticas tales como sufrir un robo con violencia, intimidación, acoso laboral o injusticias pueden provocar una desestabilización psicológica de la persona que lo sufre provocando un nivel de indefensión y/o vulnerabilidad tan intensos que puede llevar a condicionar la capacidad de funcionar normalmente en el día a día. Tales efectos suelen manifestarse a través de una pérdida de confianza en nuestros semejantes, despertando sentimientos de ira o vergüenza o sufriendo un malestar psicológico severo en forma de reacciones intensas de ansiedad o síntomas depresivos.

Cuando el daño cerebral sobrevenido, la enfermedad mental o la discapacidad psíquica afecta a la capacidad de la persona para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria hasta el punto de necesitar apoyo y supervisión tiene derecho a percibir ayudas del Estado para vivir dignamente sin las limitaciones que le imponen sus secuelas cognitivas, conductuales o emocionales.